Félix Espoz. Madrid
Aunque el consumo hospitalario de antibióticos sólo sea el 10 por ciento del total, es muy importante conocerlo y controlarlo, debido a la mayor complejidad y densidad de uso que se hace en los hospitales de este tipo de fármacos, según ha puesto de manifiesto en un ciclo de charlas on-line organizadas por la SEFH, Esther Fondevilla, miembro del Centro Coordinador del Programa de Vigilancia de Infección Nosocomial en los Hospitales Catalanes (VINCat).
Esther Fondevilla.
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Y dentro de los hospitales cobran especial importancia la Unidad de Cuidados Intensivos, por los tratamientos y el tipo de pacientes, lo que conlleva a un incremento de la frecuencia de los microorganismos multiresistentes, con las consecuencias de infecciones nosocomiales, provocando una mayor mortalidad y morbilidad de los pacientes. Y también, comporta un aumento del gasto farmacéutico y hospitalario, agrega la experta.
“Por la relación que existe entre resistencia y consumo de antibióticos, es aconsejable conocer dicho consumo en los hospitales”, argumenta Fondevilla, que pone de relieve que desde la propia Comisión Europea, el pasado 17 de noviembre, se publicó una nota en la que revelaba 12 acciones para los próximos cinco años en relación a la resistencia bacteriana. Una de estas líneas maestras era la de reforzar los sistemas de vigilancia de las resistencias y también el consumo de antimicrobianos en los hospitales.
La propia Comisión, desde hace años insta a los Estados miembro a hacer una monitorización estandarizada del consumo de antimicrobianos. Para poder conocer y comparar estos consumos entre hospitales y entre países, es necesario utilizar unidades de medida que sean estandarizadas y homogéneas, recuerda.
“Lo que se utiliza habitualmente el sistema ATC/DDD. El ATC es un sistema de clasificación de los fármacos, y la DDD, son las Dosis Diarias Definidas que la OMS establece para cada uno de los principios activos. Este listado está publicado en una página Web de la OMS en la cual se le asocia a cada fármaco una DDD. A partir de estas dosis diarias se pueden calcular las DDD/100 estancias, para, así, medir la densidad de uso de los antibióticos”, puntualiza a la vez que afirma: “Esta es la unidad básica que se suele utilizar para hacer comparaciones entre distintos países y hospitales”.
También se aconseja en publicaciones recientes, añade, complementar estas unidades de medida con otras, que son las DDD/100 ingresos. “Es aconsejable utilizar esta unidad complementaria para poder analizar correctamente las tendencias de consumo a lo largo de los años, teniendo en cuenta las variaciones de los principales indicadores de actividad hospitalaria”.
Situación en Cataluña
En el estado español de 2000 a 2010 ha habido un proyecto en el que se han analizado los consumos de entre 6 y 12 hospitales españoles, mientras que en Cataluña, desde 2007, existe un registro de datos hasta 2010, y “ahora empezamos a recoger los consumos de 2011”. En esta comunidad, explica, cuentan con un sistema de vigilancia del consumo hospitalario de casi 50 hospitales, el VINCat, que ella misma coordina junto al Dr. Santiago Grau y está dirigido por el Dr. Francesc Gudiol.
El VINCat abarca 8 objetivos de vigilancia y uno de estos es el de la monitorización estandarizada del consumo hospitalario de antibióticos. Desde 2007 se hace un control anual y se envía un informe personalizado para cada uno de los hospitales participantes con sus datos de consumo expresados en DDD/100 estancias y también en DDD/100 ingresos o altas.
“Con los datos que tenemos y comparándonos con países europeos, en 2010 en Cataluña el consumo medio de todos los hospitales fue de unas 75 DDD/100 estancias. Está por encima de datos de los Países Bajos que están en 70,9 (en 2009), Suecia con casi 57 (en 2010) o Francia con 56 (en 2009). Pero estamos ligeramente por debajo de otros países como Irlanda con 76 (en 2009), Italia con 76,8 (en 2004) o claramente inferiores a Estados Unidos con 79 (en 2003) y Dinamarca con 87 (en 2010)”, argumenta.
Fondevilla deja claro que, aunque se utilicen unidades estandarizadas y homogéneas que permiten hacer las comparaciones, se debe tener en cuenta algunas consideraciones como que no es lo mismo comparar hospitales que no son de tamaño similar o con un grado de complejidad determinado distinto. Así, no es lo mismo un hospital de tercer nivel que uno de primero.
En el VINCat lo que hacemos, describe la experta, es agrupar los hospitales en tres tipos, por el número de camas, de más de 500, de entre 200 y 500 y de menos de 200. “La densidad de consumo de antibióticos es mayor cuanto más camas tiene el hospital. Hemos recogido también las características principales de cada uno de los hospitales y normalmente si es un hospital más grande le corresponde unos pacientes con patologías más complejas. Y en el caso de las UCI también es mayor el consumo en los hospitales más grandes. En cambio, en el caso de los servicios médicos, el consumo sigue siendo más elevado cuanto más grande es el hospital, pero nos hemos encontrado que en algunos años, los servicios médicos en los hospitales pequeños tienen un consumo ligeramente superior al de los hospitales de un tamaño intermedio o grande”, apunta.
“Las tendencias de consumo entre 2007 y 2010 han sido al alza con la excepción de la UCI que tiende a moderar el consumo”, asegura.
Estrategias según los datos
El VINCat al ser un programa de vigilancia, simplemente facilita la información a los hospitales, calculándoles las DDD a partir de los datos que ellos les envían. Se limitan a dar esta información junto con los datos agregados de las medias de los consumos. “Les enviamos un informe en el cual se compara el consumo de su hospital y el del grupo al que pertenece. En base a estos informes ya es responsabilidad de cada hospital y sus comisiones el valorar si estas diferencias son importantes o si deben tomar algunas medidas de corrección”, afirma. Según Fondevilla, aunque se agrupen a los hospitales por tamaño, cada uno es diferente y puede tener sus propias características.
Muestras de esta situación es que “sobre todo el primer año en que se incorporaron al programa los hospitales, vieron que en algunos casos tenían un consumo en la UCI muy por encima al resto de centros. Analizaron la situación y tomaron medidas. Con estas intervenciones, al siguiente año y en adelante han controlado este consumo de antibióticos”.
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